martes, 12 de diciembre de 2017

Ensayo sobre la novela de Adelaida - NINI II

A la edad de veintidós años Adelaida, como ni estudiaba ni trabajaba, decidió volver de nuevo al colegio y se matriculó en un curso de formación profesional básica de administrativo. Y allí nos volvimos a encontrar algunas amigas que estudiamos juntas en el instituto. Para celebrar nuestro encuentro, continuamos burlándonos de Adelaida.

Llevábamos una vida normal, del colegio a casa y de casa al colegio y la que más y la que menos sacaba dieces en religión. Faltaba ya un par de meses para junio, cuando Adelaida apareció en el instituto con una caja llena de libros iguales.
Nosotras creímos que quería ser librera y hacerse con algo de dinero para algún trapitos, pero el error se desveló enseguida.

Nuestra compañera Adelaida Fuertes, mientras nosotras no sabíamos freír un huevo y nos quejábamos en casa de que no nos gustaba el pescado o la sopa con fideos gordos, por hacerse la importante y dar la nota había escrito un libro. Después de escribir en secreto su manuscrito, estuvo enviando copias a la dirección de las editoriales de los libros que leía - algunas de ellas ya no existían desde hace tiempo - y finalmente recibió respuesta de una imprenta de Albacete diciéndole que ellos se encargaban de la corrección en gallego y de la impresión de su primera novela. Todo por mil euros. Sin dudarlo ingresó la cantidad en la cuenta que le indicaban, y les mandó la copia del recibo del banco y el manuscrito completo.
 -El origen de los fondos nos es completamente desconocido; alguien dijo que gastó el dinero que una tía suya le había dejado al morir, para que llevara una vida normal, fuera a la universidad y se casara.

La primera en comprar el libro fue la profesora de filosofía, como es muy despistada pensó que los beneficios de la compra del libro era para una excursión de clases. La profesora de filosofía le enseñó el libro a la orientadora, quien no se podía creer que Adelaida hubiera escrito un libro, y como erradamente la de filosofía le dijo que la compra era para una excursión ... la orientadora también compró el libro. 
Cuando las profesoras estaban en la cafetería, el director se fijo en el libro que llevaban y les preguntó que leían y cuando le contaron que una alumna, Adelaida Fuertes, había escrito una novela, decidió que la obra escrita por un alumno no podía faltar en la biblioteca escolar ...  y mandó al conserje que comprara varios libros para el centro. 

El conserje fue a buscar a Adelaida y asimismo se compró un libro más para él, por si acaso fuera tan tonto y desaprovechara la ocasión de comprar un libro, que el día de mañana pudiera ser tan valioso como las primeras letras de la premiada  Adelaida Fuertes. 
Además, la novela con dedicatoria a las amistades salía por diez euros; todo un chollo, según el conserje.

A última hora de la mañana, unas compañeras habían comprado el libro y otras lo compraron por no ser menos. Y como dice mi vendedora local del club de lectoras: todo el mundo tiene un montón de libros en su casa sin leer y uno más no importa. Adelaida regresó a casa con la caja vacía.

 
Sorprendida por el éxito le dijo a sus padres que esa noche iba hacer ella la cena y toda la familia cenó una gran sartenada de patatas fritas con huevos y ketchup. 



Adelaida en ningún momento puso algo para ninguna excursión.




mvf.

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