lunes, 5 de septiembre de 2011

dedicado a los cuidadores de personas con alzheimer 06

A Quasimodo, por insistencia de su tío, lo habían llevado a un colegio de la capital y tenía profés, de esas tan finolis, con medias de nylon, tacones altos y labios pintados. Que te daban con un palo en la mano, y te decían : - " No se dice haiga se dice haya "- Quasimodo decía que por que eran mujeres dolía más.
Un día, cuando comenzaban las vacaciones de semana santa, al ir a preguntar si había venido Quasimodo de la capital, su madre nos dijo que estaba pero que no podía salir por que lo habían castigado en el colegio con hacer un trabajo sobre las gallinas.
A mi lo de las gallinas me pareció cosa de bromas, porque no hay nada como ponerse a ojo de tiro de cualquier gallo de cresta leonada de mi tierra para echar a correr o sufrir unos buenos picotazos.; así que acto seguido fuimos por el lado de la ventana de su habitación y le tiramos chinas ( piedrecitas ) a su cristal para que saliera y chismorreásemos sobre el asunto:
Asi que nos contó la historia, resultó que Quasimodo por bocazas, de tan pelma que se puso en el colegio con las gallinas, le castigaron a hacer un trabajo para la clase de ciencias naturales sobre dicho animal. Nosotras:  Teles, yo y su hermanita que a veces venía con nosotras,  " que como inesperadas discípulas, después de él eramos las que más sabíamos de las gallinas". Para que su madre le dejase salir de casa, decidimos echarle una mano.-  Yo siempre le he tenido miedo a las gallinas pero una no es cobardica.-
 Realmente no sé si la madre de Quasimodo no le gustaba que su hijo saliera con nosotras o si quería que saliera con niñas por que de aquellas aún no teniamos decidido si queriamos ser niñas.
Para quien no tenga gallinero de gallinas en su casa, que seréis la mayoría  Las gallinas son animales territoriales muy jerárquicas y se reparten desde el lugar donde comer, a los espacios donde duermen y hacen la puesta. zanjando sus diferencias en estás cuestiones a base de picotazos. Y por si alguna o alguno quiere husmear un poco en internet : las gallinas más conocidas de por aquí son las gallinas de Villalba, la gallina de Mós y la gallina piñeira. Son gallinas camperas, chulas, tiránicas, y de difícil crianza en gallinero,  y por no podérsele sacar rendimiento industrial han estado a veces a punto de su extinción. Si han sobrevivido estas razas de gallinas es gracias a la abnegada entrega y dedicación del anciano, anciana gallega, que en su casa de campo o perdido en el monte de galicia, prefiere morir en soledad, dando de comer a sus animalitos,, antes que dejarse llevar a una residencia de monjitas . Claro, que el  anciano gallego es así mismo campero, chulo y tiránico y prefiere morir en soledad en su campo, que hacerlo en un gallinero para la tercera edad.
Bueno, el caso es que después de mucho maquinar, a Quasimodo se le había ocurrido hacer un trabajo que consistía en aumentar el numero de huevos en los lugares que ponían  las gallinas camperas mas débiles y bajas del escalafón del corral; por que pensaba que gallinita , al ver aumentada obstensiblemente su puesta de huevos, mejoraría su autoestima, influyendo en su carácter y alterando así su jerarquía, y status y con ello la altura y el lugar del palo en los lugares donde duermen. Bla, bla, bla.
En mi casa ya les dije que no había experimento, por que hacer el trabajo en mi casa igual terminábamos limpiando el gallinero y  hacer el trabajo en casa, en los días que no hay colé, lo veía como si fuera tan tonta de regalarme una plancha el día de mi cumpleaños. Así que después de un rato de deliberaciones acordamos hacer una visita al tío Avelino.

Ya de aquellas el tio Avelino recibía pocas visitas. Aunque para mi era por que después de muerta su madre, a los vecinos les daba vergüenza regresar por allí. Y al llegar ya estaba esperándonos en el camino.
Nosotras, a pesar de la prohibición de nuestros padres ya íbamos por la casa, mientras aún vivía su madre :
Cuando oíamos gritar a la señora le decíamos a Avelino: - ! Avelino, hoy grita mucho madre ¡
y é nos respondía gritando desde el establo : - ! Si. Parece que hoy va cambiar el tiempo ¡ .

Así que le contamos lo del experimento de las gallinas, el tío Avelino accedió gustosamente por tener unos niños corriendo y gritando por la casa y las tierras, durante los días de vacaciones de semana santa; pero por lo del experimento, se veía claro que quedaba algo escamado:
Tio Avelino. - ¿ las gallinas no dejaran de poner huevos ... ?
Quasimodo. - Al contrario, en el peor de los casos siempre aparecerán unas docenas de huevos de más -
El tío Avelino. - ¿ Ni se quedarán las gallinas sin plumas o algo así ...?


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